
Yo no me acuerdo de nada, pero nací en un décimo piso. Por aquel entonces ya todo el mundo nacia en el hospital, tampoco soy tan vieja, pero mi madre prefirió que Don Ramón le volviese a ayudar en la complicada tarea de traerme al mundo igual que las otras cuatro anteriores veces con mis hermanos, en casa.
Don Ramón era el médico de cabecera, osea, por aquel entonces, el médico para todo...Poco lo recuerdo, obviamente era un señor mayor cuando me diagnosticó anemia bajándome el párpado inferior y le dijo a mi madre que me diese bocata de jamón... hasta ahí yo me había negado a probar semejante cosa... agggg!!! Ese día me lo pusieron en la mano y no me quedó más remedio... Estaba buenísimo, pero tardé muuucho tiempo en reconocerlo.
De los partos de mi madre siempre le he oído hablar a mi padre, en alguno no participó por estar embarcado, pero de los que pasó en casa era parte integrante... creo más bien que se lo pasaba bomba, me encantaba cuando contaba que jorge, pobre, que debía venir con una vuelta de cordón, sacaba la cabeza lo veía y decía: "ufff que tio más feooooo... para dentro otra vez" El lo contaba con mucha gracia y a mí me encantaba oirlo, mi madre como siempre, se tragaba lo "divertido" del momento...
Vivir en un décimo y que no pudieses utilizar el ascensor tu solita hasta los catorce años era un poco complicado, si le pedía al de la vuelta de cordón que me bajase a buscar siempre roñaba, así que salvo que pillases a algún vecino subiendo en ese momento te tocaba relacionarte inténsamente con los ciento sesenta peldaños. Bajar molaba, me encantaba la velocidad con la que movía los piececillos, eran rápidos... subir era otra cosa... más profunda.
ese temita recurrente de los piececillos tiene tela ehhhh...jejeje
ResponderEliminary por cierto es cierto...hoy ningun chaval se lo creeria....pero si nos decian que no usaramos el ascensor ....lo haciamos ...y punto.
Mea culpa...yo alguna vez me colaba sola.
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