La ola

Yo estaba cómodamente sentada en el muro al que no llegaban las olas. Estaba encantada, era un lunes de rotondeo y estrenaba objetivo para la cámara. Olía a mar, se respiraba genial y por primer día en muchos, muchísimos había salido un sol magnífico.

Apareció esta muchachilla, aunque ahora que lo pienso... es posible que fuese muchachillo, no los distingo. Bueno, sea como sea a mi me pareció una chica y así se queda. Además de su natural elegancia parecía bilbaina la tía... Me mantuvo imnotizada un buen rato observando su caminar. No estaba de paseo, buscaba comida, arriesgaba pero con un instinto increible que la mantenía tranquila y quieta aunque la ola que se acercase a mi me pareciese un tsunami para su minúsculo cuerpecillo. Ella sabía exactamente hasta donde iba a llegar el agua y donde debía quedarse para no salir herida...Que envidia!!!

Que divertido fue ese día, creo que en Ondarreta, con unas olas enormes y bañándome con Eva. Yo iba de tía, siempre me gustó dejar claro que aunque solo fuesen dos años de diferencia YO era la tía...Ese día si la memoria no me falla, ella tenía miedo de las olas y yo aunque estuviese peor que ella tenía que disimular así que para quitarle el miedo le dije que se bebiese la ola cuando llegase... Ayyy Señor!!! la ola me bebió a mí, que me dejó el bañador en las rodillas...