Verdes

Y nos fuimos de excursión...

Tres mujeres unidas por un apellido, un apellido con característica común en las tres.

Desde lejos moldeas en tu imaginación a las personas a tu antojo con los pocos o muchos datos que tengas, formas una imagen... terrible error!! Frágiles señoritas a las que costaba seguir el paso, no por capacidad, que casi, más bien por costumbre. Soy paseanta, disfruto caminando despacio, ellas me hicieron disfrutar a más velocidad, descubriendo una parte desconocida de Galicia gracias a una parte prácticamente desconocida de mi familia.

La capitana marcaba el ligero paso, tenía el control de la situación, alguna brújula escondida y muchas ganas de mostrar rincones de los que puede presumir. Las otras dos seguíamos encantadas y confiadas... no se equivocaba.

Musgos de todos los verdes imaginables e inimaginables, setas, hojas y sobre todo, casas... Casas con historias, casas abandonadas, hogares...

Momento para echar la imaginación a volar.

 Niños corriendo, niños de antes de la guerra, la casa del señorito con su palomar, su tremendo hórreo, cerca la otra vivienda más humilde, el frío, las fuentes, los animales, castañas, el trabajo de la tierra,  la niebla al amanecer o el calor del atardecer.  Gentes con pocos recursos, todos propios, gentes duras. Película en blanco y negro con risas frescas.

Me pregunto el motivo de vivir tan lejos de todo, de plantar esas casas tan arriba, me gustaría escarbar y que alguien me contase,  se me atraganta saber que la lucha llegase hasta allí.

De pronto el escenario es otro, no quiero describirlo, es feo y doloroso.

La última casa nos hizo gritar, reír y a mi, sentir mucho. Fotografié a una fantasmita con su amiga la araña, la taza de Francisco, el cajón desastre, la cuchara, el plato, las cazuelas, si pudiesen contarme...

Intenso meterme en el palomar... toda una experiencia incluso sin palomas.

Muchísimas gracias chicas!