Ahí lo tienes...

Todo perfectamente orquestado. Arranco el viernes a las ocho, estaré cansada, no importa, varios motivos me llevan en volandas.
Me sentí sin fuerzas días antes, por primera vez no quería ir a tu lado...me habían prometido que no volvería a verte así y así quise que fuese.
Y tu eres un tozudo gallego.
Y yo he vuelto a gestionar como puedo y ya quiero verte, otra vez...
Dormiría de camino, en Burgos por ejemplo. Sábado madrugon y desayuno en San Pedro, me gustaba cuando me encontraba a Mari y la tía Cesar por allí, sus caras de sorpresa y abrazos alimentaban.
Según me voy acercando a la residencia me voy emocionando ¡Jesusiña, que herencia!
En recepción siempre me sonríen. Subo y te busco, son segundos que odio, me siento boba. Se supone que ellos son los gastados y son los que me reconocen y me dicen donde estás antes de que yo te encuentre.

Pues no... que el finde ha sido absolutamente distinto al planeado y la semana la he pasado intentando reorganizarla con veinte mil planes distintos, todos buenos, ninguno ya satisfactorio pues quería verte.

Soy una cobarde, sólo quiero ir, besarte, pasearte y volverme...