viernes, 30 de diciembre de 2016

Bueno, otro año que se nos escapa. Toca balancear y entre balanceo y balanceo lo doy por muy bueno aunque, ya sabemos aquello de "no se alabe el burro antes de pasar la albarda.
Dos nombres propios saltan a mi cabeza y de pronto se acompañan de muchos otros, Roi Barcala y Cristina Gambino.
Gran parte de culpa de mi contento se lo debo a ellos y ha haberlos encontrado aquel lunes en el que mi cabeza y mi cuerpo lucharon una intensa batalla en la cama. Me había comprometido, dilubiaba, había que llegar más allá de Ourense,  entenderían que no apareciese, pero algo me hizo saltar y arrancar, supongo que las ganas de vivir.
Y allí estaban y con ellos me quedé.
Realmente este año ha sido el del senderismo, el de los madrugones, los bocatas de queso con tetilla, las carcajadas con esa loca en su peor año, Lugo y sus gentes, San Pedro de Rocas y aquella puesta de sol, Peña Trevinca,  El Mao, nadar en en río, la bica de Xurxo, los habitantes de la Ribeira Sacra, todo un descubrimiento.
Sin todo esto y todas estas personas y tantas caminatas no hubiera tomado la decisión más importante del año, esa de irme a Loira.
Costó encontrala,  parirla, hubo que darle muchas vueltas y ya por fin ese día llamé a mi confesor para comunicárselo.
- Me voy a Loira.
-Vale cariño.
-Manu,me voy a Loira.
-Vale mami.
Sencillo.
Y desde ahí más paz, más tranquilidad, más coche y más frío también.
Que nada cambie, que siga así.

Feliz año!!! Dónde tomáis las uvas? Yo aún no lo sé y me encanta.

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