Llegué a pensar que estaba loca, por pedirlo...
Que si, que me lo han concedido, que han entendido que busco calidad de vida a costa de la de nadie.
Calidad de vida...
Aún me pregunto qué hizo que alguien que no me conocía de nada quisiese apostar por mi y por qué meses después sigue haciéndolo, pero, y esto también es un aprendizaje, me voy a dejar querer.
Trabajar tres días a la semana, un sueño, un rato para respirar, para estar conmigo, para sentir. Obviamente no seremos millonarias ni yo ni quien me lo concede, pero hay trenes en la vida que hay que coger pues llevan tu nombre.
Mi casita chiquitita, mi armario nuevo, las visitas de Manu, mi familia de la playa, mis clientas que tanto me regalan, poder leer, poder pararme. Un sólo pero, no haber podido tener más tiempo para mi niño, que esto hubiera llegado antes, pero es la trampa de la vida.
Estoy feliz, mucho. Ayer se lo contaba a un gran amigo que me acompaña hace casi treinta años. Lo que dure...esto son momentos que te acarician la mejilla y con un cambio de aire se te escapan.
Mil gracias, Tania y Ricardo, ya sabéis el porqué y, Natalia... uyyy!!! te llamas como yo!! Gracias por intentar conocerme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario