domingo, 3 de marzo de 2013

La Lenteja

Una ha sido mala comedora toda la vida... No me gusta, no quiero probar, no tengo hambre, mis frases más repetidas en la niñez. Que malos ratos pasaba y hacía pasar delante del plato... y que desesperación llegué a sentir cuando mi hijo me quitó la corona y pasó a ser el más de los mases, Dios!!! A este respecto recuerdo especialmente a los niños de Africa, pobres... estaba de ellos hasta el moño, yo solo quería que les diesen mi comida y me dejasen solo mi pancito. Tenía la sensación de ser la culpable del hambre en el mundo y todo por no gustarme la comida. Con veinticuatro años me quedé embarazada y descubrí las lentejas con Txistorra... Las preparaba dos veces por semana y las comía cuatro días. Eran gloria divina, nunca nada me ha sabido tan rico como esas lentejas, con su txistorrita troceadita y esos minibocatas que me hacía mojando el pan y metiendole el choricillo dentro...Que delito!!! Realmente me sentaban genial y no me pasé de peso misteriosamente. Hace dieciseis años que no he vuelto a comer lentejas con ganas... fue parir y nunca más saberme igual y mira que lo he intentado... nada!! Hoy me han llamado lenteja... mira que me han llamado cosas, pero lenteja!

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