Casi casi

Anochece en A Rúa. Con suerte mañana se acaba todo esto...digo suerte por el miedo que me da despertar y no ser capaz de bajar los dos pisos del hotel, hoy cada vez que lo he tenido que hacer he sentido las rodillas con malas intenciones, confío en ellas. De todos modos, después de cuatro días, hoy he caído en la cuenta de que tal vez un ratito de automasaje me viniese bien...que cosas!!! Y por cierto que lo ha hecho.
Con suerte sólo por eso, del resto y con dolor todo hasta hoy increíble. No me quiero ir, jo!! Tengo otra vez a los de la guitarra... Están cantando suavecito...
Ya tengo a mi cristigrina durmiendo en Santiago, lo mejor que me he encontrado aquí. Desde Roncesvalles con su mochila y su espíritu peregrino. De golpe se quitó cinco kilos de la espalda y siguió haciéndolo a lo largo del camino, que dicen que a eso se viene...esa foto de esa chula con sus últimos cuarenta de golpe y la catedral detrás, una pena no haberla hecho yo.
He hecho ésta...y cientos más. Los peregrinos ya me conocen por la de la cámara, sonríen...aquí la gente sonríe!