
Las situaciones absurdas, deben quedar como eso... momentos extraños que por su peculiaridad tienen que ponerse en el cajón de la poca importancia si estas no han roto nada. El hombre es animal, y por tanto en situaciones de descontrol los comportamientos pueden no ser muy sensatos, pero ante el primer susto, la primera visión de la circunstancia que puede alarmar, enfadar, confundir, se deben retomar las riendas y recolocar los elementos.
Hoy he tenido un momento de esos. Claro que en un principio hubiera empezado a tortas, ¡¡YO!! que no me peleo con nadie por energica que pueda parecer a la hora de defender mi causa o la de otros. Pasado el primer momento... teniendo ya mis añitos...con la tranquilidad que ultimamente he encontrado, cuando las historias se mastican y se sitúan dentro de su contexto, la capacidad de reírnos de todo es fantástica.
Cuando te descubres riéndote de algo que tu cerebro base ha sentido como un latigazo, pero que tu otro cerebro, ese que te has currado tú, que ha aprendido a protegerte, que te defiende del primero, ese básico que te llenaron de miedos, que se escandaliza, el que tiene todos los semáforos rojos, ese que de pequeña atestaron de notas de alerta. Cuando el que tu has creado con tus baches, tus cabezazos, tus cicatrices tus llantos y tus volver a levantarte... cuando ese gana y toma el mando de la situación, la sonrisa aflora, la paz gana y se respira mucho mejor.
No dramatizar se ha convertido en un modo de vida para mí de un tiempo a esta parte y soy muchíiiisimo más feliz... Sin duda.
Hay personas que al rato de conocerlas tienes la certeza de saber por donde van, otras sin embargo cuanto más vas, mas te confunden y creo que la cuestión está en que esas últimas no han encontrado el equilibrio entre esos dos "cerebros" y la lucha interna no les deja saber para donde tirar...
Esta mujer de la imagen me la encontré en el camino... no dudó en posar sonriente... Linda!!
Gracias :-)
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