a.jpg)
Otra vez Manuel, otra vez tus fotos me han hecho llorar. El otro día te lo conté y solo pudiste decir "que sensible" a saber lo que se te pasó por la cabeza...Normal, la gente que no suele llorar, que no sé si es tu caso, tiende a pensar que cuando los demás derramamos ese líquido salado es por tristeza, agobio, malestar...
Antes era mucho más llorona, cada vez estoy más deshidratada, pero si tengo que hacerlo cualquier motivo me sirve, bueno o malo. He llorado cientos de veces de felicidad y espero seguir haciendolo.
Tus fotos me tocan la fibra, reconozco mis manos, he querido hacerles fotos trabajando cientos de veces y gracias a ti y a Enma las tengo y son mágicas para esta que escribe.
Trabajo con las manos, dicen que son sensibles, que tocan bien.
Yo creo que escuchan. Aprendieron a hacerlo sobre una barquita en la ría de Pontevedra, de madrugada y junto a mi padre. El me enseñó a oir el fondo del mar a traves de una "liña", a sentir el plomo tocar la arena o la roca con ese "toco no toco"... a saber cuando la faneca jugaba o comía, a descubrir si la lura subía o no antes de llevarme el tintazo correspondiente que tan felíz me hacía.
Mis manos... veo estas imágenes....tengo cientos de fotos de las de mi padre, manos que adoro, manos que he observado atentamente aún hace unos pocos días... mis manos... como las de mi madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario