domingo, 8 de diciembre de 2013

chiquis




La historia se repite, un pequeñín bebiendo los vientos por el hermano mayor. En este caso además es escandaloso lo que irradia el grande...

No recuerdo como vivieron mi nacimiento mis hermanos, la verdad es que nunca he tenido buena memoria, pero resulta un poco sospechoso que se fueron casando todos al poco de llegar yo. Salvo uno, el resto escaparon de casa, pero mejor no voy a hurgar que es domingo...;-)

Nos quedamos en casa solos Jorge y yo, mi héroe y yo, mi villano y yo... Cuántas broncas, cuánta complicidad, esa que nos sigue acompañando ya sin broncas, menos mal!!

Ver a éste hermano mayor pelearse con la abuela para poder atender al pequeñajo es algo que toca, parece que siempre hubiese estado esperando tener ese hermano.
Ha sido una valentía por parte de su madre que es posible nunca lleguen a valorar sus hijos. Hay una parte de mi que envidia esa capacidad de sacrificio que ha demostrado, que sin duda compensa esa cantidad de sentimientos que a su lado se han generado.

Mi padre es el rey de mis visitas a Trincherpe, pero sin duda los principitos son estos dos. Por cierto, menos mal que la princesita ya no se parece a la tiíita, aunque el pelo sigue siendo mío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Obviamente

 La consigna era clara: Me voy a dejar la vida, obviamente no voy a aprobar. No recuerdo  quien comenzaba la conversación, recuerdo el día d...