Que cosas más estúpidas me pueden hacer feliz. Un cangrejo, la cámara y yo.
Allí estaba, entre rocas, llegué y no escapó, me acerqué, me acerqué más y más y decidió que iba a confiar en mí.
Alegrarme tanto siendo bendecida con semejante privilegio me hace caer en la cuenta de lo cansino que es ir teniendo que demostrar que se puede confiar en uno.
Siempre midiendo, juzgando, siendo juzgados, todos lo hacemos en mayor o menos grado y es tan aburrido...
Cangre, que me ha gustado conocerte, que mañana volveré a bajar a las rocas y sé que no te encontraré pero te buscaré, que tienes la mirada limpia y ha sido un placer compartir ese ratito contigo.
Me gustaría escribir en español, pero prefiero hacerlo en portugués - mi idioma.
ResponderEliminarJuro-te: ainda não vi um texto num blogue de que eu tenha gostado tanto. Sobretudo a última frase, é maravilhosa.
Parabéns.
http://fali-vendo-me.blogspot.com
Muchas gracias! ! El mérito es del señor cangrejo ;-)
ResponderEliminarRotondera