Tres amigos

Tengo un amigo...

El tipo más pasional que conozco, capaz de abrazar con un solo brazo y quedarse tan ancho.

Tengo otro amigo...

Me acaba de mandar una luna azul para que la cocine mañana.

Tengo otro amigo...

Tiene una piruleta naranja.

El primero está sufriendo, el segundo no sé y el tercero sin duda lo ha hecho, todos por amor.

Por amor, por desamor, por sentir...

Recuerdo conversaciones en las que el primero solucionaba cual mago los problemas del segundo y el segundo los del primero, ellos solitos, es otro cantar.

Tocan tiempos duros para el pasional, ojalá tuviese muchos brazos para que  te sintieses un poco arropado por esta renacuaja. Entraba en la quiniela, lo sabíamos, supimos que era una apuesta arriesgada, que te estabas vaciando, dando demasiado, regalándote. En su día me pediste que escribiese sobre tu historia de amor, no fui capaz, nunca me pareció equilibrada y sabía que perderías tú en esta batalla, porque sin duda la lucha ha sido tuya. Uno queriendo y otro dejándose querer hasta donde le viene bien, viviendo extras que no está dispuesto a cubrir, eso no es amor, por lo menos no lo es del tamaño que tu merecías, lo veíamos, tu también, pero seguiste, apostaste, le regalaste tu esencia y ahora toca recomponerse y volver a respirar dándole una patada a la mala suerte.

La luna del segundo amigo mañana la buscaré, a él también suelo buscarlo. Es de esas amistades cortas y profundas, de las que te hacen sonreír cuando ves en tu memoria su sonrisa mirarte y que siempre arrastrarás con cariño. Es fácil ser su amiga, aún sin darnos el coñazo.

Y mi tercer amigo... Con más miedo que vergüenza. Miedo a ser atacado por un monstruo marino con doce tentáculos y dientes  negros estriados.

Son distintos, son iguales, son personitas que sienten...¡¡ menos mal!!