Soplaré y soplaré

- Cuando lleguen los resultados de la analítica te los daré por teléfono.
- ¿Por teléfono?
- Si, ahora es así.
- Ah, vale.

Ringggg ringggg

- Natalia, está todo bien.
- Pues perfecto.
- Lo único... parece que empiezas con la menopausia, ¿no?
- ¿COMO?  ¡¡NO!!!
- Ah, vale, pues será un error, olvídalo.
- Claro.

Fue una pena no tener un teléfono de los de antes, de los que si estabas cabreado se colgaban con ruido, tipo portazo.

¿Menoqué? ¿yo? ¿ya? este no se ha enterado de que soy la hermana pequeña, de que  siempre lo seré y eso a nosotras no nos pasa, no puede ser...

No me esperaba tanto rencor en mi médico, tantos años juntos...

Llevo días sin poder parpadear, los ojos desorbitados intentando encajar tanto odio, si nunca le he dado mucha guerra, como mucho dos visitas al año por un dedo tonto o un lunar picantón.

Pues que lo sepas, don Guillermo, me niego.

Porfi, porfi, déjame un ratito más de tranquilidad ahora que la he encontrado. Soy feliz, no me duele nada, me quiero, me quieren, unos pocos solo pero me llega.

Voy a soplar y soplar y soplar como el lobo de los tres cerditos y derrumbarla, por lo menos hasta la tercera casa, algo de margen tendré...

Pooooorca miseria!!!!