jueves, 26 de enero de 2017

Los tres tenores

Qué hacen un leonés una holandesa y una vasca en Moaña?

De entrada parece el comienzo de un chiste pero aunque divertido, no lo es.

Casualidad, suerte, circunstancias, destinos...De momento unas semanas para recordar, que ya es mucho.

Ella no sabe que le contratamos el sol gallego en exclusiva y a elevado coste para que no sufriese el rigor húmedo típico en esta esquina del mundo.  Que nos costó convencerle para quedarse, decía que ya había hecho muchas horas en verano y que estaba cansado...El leonés negoció, yo supliqué y el astro se quedó para que la muchacha del país bajo se pusiese contenta y disfrutase de paisajes y parajes.

Él no sabía que las chicas tejieron una amistad en gran medida hablando de él. Sus defectos dan mucho juego y a partir de ahí surgía la conversación que derrapaba por montes, sentimientos, risas, recuerdos y sobre todo, vida y sus formas. Que lo hemos adoptado, cada una a su manera y que claro, lo queremos tal cual es...A ratos.

Yo... Tengo dos nuevos tesoritos. Insisto en que últimamente estoy tocada por una varita mágico-suertuda.
Me ignoran,  hablan en inglés y no entiendo nada, yo canto también y son ellos los que no entienden. Es divertido cuando la cabeza de ella echa humo atascada entre idiomas queriendo decirme algo y más divertido aún ver, ante mi risa, esos tres deditos amenazantes levantados al aire, recordándome la cercanía de mi menopausia y sus sofocones.

Un concierto de fados con velos, otro de jazz intenso. He dicho jazz? Verdes de todos los colores, risas, complicidad, botas, kilómetros en coche y a pié. Comida picante.

Aprender, crecer, llorar, respirar.  Yo aprendo con vosotros, sobre amistad, sobre abrir la cabeciña, sobre querer sin pedir, sobre la libertad, sobre los espacios de los demás, sobre el mío...

Te voy a echar de menos, holandesa errante, gracias leonés por ponerla en mi vida. Gracias trevinca por haberme regalado aquella foto.

Hoy no voy a llorar, que me acaba de pintorrear mi compi y llevo rímel hasta en las orejas.
Que-lo-sepáis!

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