domingo, 12 de marzo de 2017

recordando



El hombre de la casa grande se emocionó y me hizo llorar a mi.


Y mira que creía que mi día no podía ir a mejor.

Abres los ojos sabiendo que a pocos, muy pocos metros tienes a tu mochuelo plácidamente dormido, descansando como sólo se descansa en casa, en Loira. Las carcajadas de la noche anterior intentando sobrevivir fueron determinantes para caer muertos en las camas.

Lo veo partir, feliz.

Huele a primavera, apetece limpiar, tocar la casa, entrar, salir, cocinar, lavadoras, solete, ducha sin calefacción, chao invierno.

Canto, respiro, me echas de menos, me encojo, no canto, más emoción, sonrío contenta y cocino  mi salsa verde.

Y la tarde fue distinta a la esperada, dos personas unidas por el amor a un lugar y la admiración a dos personitas.

A veces hay que ser osados, arriesgar y yo sabía que ese buzón me regalaría algo parecido, aunque no tanto.

Peixeporco, huevos asados con cáscara, horas de pesca magistral, el mejor albariño para quien no entiende, la mejor compañía para recordar...

Aitachito, te puedes creer que me ha contado cosas de ti que desconocía?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Obviamente

 La consigna era clara: Me voy a dejar la vida, obviamente no voy a aprobar. No recuerdo  quien comenzaba la conversación, recuerdo el día d...