El 28 subía y mientras lo observaba desde la resbaladiza y empinada acera sentía como la vida corría entre sus venas...
Que sí, que mira que estoy acostumbrada a las cuestas. Trintxerpe, Vigo, Loira, Ribeira Sacra... ¿Semana Santa de procesiones? no, de escalada por Lisboa.
La idea era Navarra, pero rotondear es esto y si te encuentras con "celebros" más abstractos que el tuyo simplemente te dejas llevar.
La ciudad que apesta a embrague, la ciudad de los colores, la ciudad sin fado, la ciudad del tranvía y los motocarros.
Una especie de torre de Babel llena de gentes de colores con cámaras subiendo y bajando escaleras, cuestas, ascensores...
Nosotros. Nosotros como todos, arriba, abajo. Montones de kilómetros a pié, menos en tranvía, montones de risas, muchas en tranvía, conversaciones, silencios, comidas que costaban más de lo que valían, bacalao tu, bacalao yo, bacalaos nosotros.
Gracias? La vida es complicada y a veces te hace regalos. No suelen traer la caducidad en lugar visible y menos la peligrosidad aunque tu siempre sabes que la tienen. Mi regalo es un libro que intento leer sin sumergirme del todo, con la tranquilidad de saber que toco pié y gracias a ello nado tranquila, disfrutando.
P.D.
En Lisboa ya sólo quedan Caja Madrid y la pesada de la Carbonero.
A Sintra en estas fechas no vayáis.
Y lo más importante de todo. El huevo fue antes que la gallina, que me lo han explicado.
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