
Siempre a vueltas con la dichosa educación... Le pedí permiso para fotografiarla y me cargué la foto. Su postura era otra y yo me quería colocar, no pude... empezó a hablarme y a contarme cosas y ya no hubo forma de volver a ver lo que me había contado el ojo. No importa, me quedo con ella, setenta y cuatro años, viuda, un hijo maravilloso y una pena tremenda disimulada buscando su anillo para esconder lo que sus ojos contaban. Breve, si no llega a ser porque apareció su amiga, tal vez nos hubieramos pasado un rato largo charlando.
La foto de hoy era otra, se supone que iba a fotografiar a María en La Reconquista... Mi María linda, mi María fuerte, mi chicarrona. Esta también usa alma, la joía. Conste que la pierde un poquito en el futbol, pero va sobrada. Quiero esa foto, niña... si no es con esa falda que sea otro día...
Y al final, cómo no... terminé queriendo hacer ooootra foto distinta... tampoco pudo ser, jo!!!
Me estoy poniendo al día...y me emocionas. Creo que no podré acabar hoy. Es demasiado para mi patata. Dices tanto, descubres tantas cosas, que me tiembla el tubérculo que ocupa mi tórax.
ResponderEliminarEl año que viene. El año que viene no habrá una. Habrá varias fotos.
A tu patata me la cuidas y te dejas de tembleques... Sólo son los regalos que me hacéis algunas de vosotras...
ResponderEliminar