
Un edificio de tu pueblo ardiendo!! uffff que locura! donde es? nadie muy cercano afectado, de lo contrario me habrían avisado, madre mía!! La imagen sobrecoge, pero continúas con tu vida, estás lejos... Son fuertes piensas, mi pequeño pueblo está acostumbrado a cosas parecidas y se recompone. He visto la casa de familiares destrozada y se recompone, que remedio.
Un amigo cuelga un texto y me despierta... no tienen las casas destrozadas... NO TIENEN CASA
De golpe te ves, enfrente de correos mirando tu casa arder... Son dos días los que llevo buscando objetos por casa con los ojos y con mi memoria cuando no estoy en ella, objetos míos, objetos que no quiero perder. Objetos básicos, objetos entrañables, objetos personales,objetos imprescindibles, mis objetos...Y me asusto, caigo en la cuenta de lo necesarias que nos son tantas cosas, cosas que ni apreciamos por normales, que pasan desapercibidas en nuestro ajetreado caminar pero que sin ellas nos rompemos.
Me gusta escribir porque me garantiza poder recordar momentos, pero nuestra vida está llena de cosas, un babero guardado con ternura, un disco, una carta, libros, una muñeca, nuestras zapatillas, nuestro champú, una cuchara, nuestra cama y lo más básico, ese conjunto que nos da nuestra intimidad, nuestro hogar.
Hace unos años, paseando por Trintxerpe con mi padre me quejé de que solo quedaban en el pueblo abuelos, se giró muy serio y me dijo que fueron los que levantaron aquello... hoy me queda claro que el pueblo lo vuelven a levantar sus gentes.
Aupa!!
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