Hace unos días leí un texto, las prisas, esas pesadas compañeras me impidieron en el momento dar un simple "me gusta" pero me ha acompañado toda la semana y sabía que esto ocurriría.
Que alguien te utilice como disculpa para no tener hijos al comparar tu anterior vida a la actual, me hace de entrada sonreir y me provoca unas intensas ganas de enseñarle tu carta sin nada más que añadir.
Claro que estás cansada, claro que tenemos momentos en los que pondríamos un puesto en cualquier feria para regalarlos, conocemos el miedo, uno nuevo que sale como una contracción de las entrañas con cualquier traspiés de nuestros pequeños.
Escoges tener hijos y tu vida cambia. Se convierte en una montaña rusa de sentimientos con un sólo motor que te arrastra ya para siempre marcando los tiempos y los sentires.
Me contagias felicidad cuando veo detrás de tanto acelere y agotamiento tanto físico como mental, tanto amor, tanto equilibrio de ese difícil de encontrar y tanta fuerza para, como sea tirar del carro con una sonrisa y saborear la vida como sólo se puede hacer cuando hay tanto sentimiento de por medio.
Tus peques han cumplido cinco añitos y yo no puedo dejar de reirme recordando tus peripecias relacionadas con mi trabajo previas al parto.
Esta vez la ola la hago yo.
Gracias Nurita, eres un ejemplo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario