No sales de mi cabeza. Todo el día intentando no darle vueltas...
Lo más insistente un ¿por qué? Lo siguiente querer creer que si pudieses dabas la vuelta a ese momento, quiero pensar en un accidente mental, en una nube...no acepto imaginar la plena consciencia, me niego, aunque la sienta cerca.
Lo más insistente un ¿por qué? Lo siguiente querer creer que si pudieses dabas la vuelta a ese momento, quiero pensar en un accidente mental, en una nube...no acepto imaginar la plena consciencia, me niego, aunque la sienta cerca.
Me planteo como curiosidad lo peculiar de las relaciones humanas. Yo para ti no era nadie y tu para mi, alguien básico en la formación de quien soy ahora.
Una simple paciente más, tú, el que me abre en canal hacia mi interior y me pone a rebuscar...
Te conocí y me enamoré profesionalmente, te envidie, te admiré, quise trabajar contigo, empaparme de lo que trasmitías con tus manos, tu energía. Poco que aprender, lo tuyo era un don, la pregunta es cuanto de bueno para ti.
Seguí a rajatabla tus recomendaciones y conseguiste ponerme en el camino que ahora transito felizmente a trompicones.
Hacía mucho que no te visitaba, claro, no he vuelto a estar tan mal y...nos relajamos.
Hacía mucho que no te visitaba, claro, no he vuelto a estar tan mal y...nos relajamos.
Y ahora...
Leo, Leo, Leiño... tanta sensibilidad, tanta mochila que has cargado de tantas gentes, gentes que como yo te las dejábamos ahí sin ningún miramiento que no fuese el de que nos vieses escupir nuestras mierdas. Y ahora, yo no sé explicar lo que siento, una gran tristeza básicamente.
LEOOO!! Era el grito que me arrancabas cuando arrastrabas el dedo por mis tendones.
¿Que leeeees? La respuesta bacilona que todos recibíamos.
¿Que leeeees? La respuesta bacilona que todos recibíamos.
Mi niño, sé que te gustaba navegar. Cuando tengas tiempo, busca por ahí al Pedreiro y os vais los dos de pesca y de buena conversación.
Ya sólo debo imaginarte feliz donde estés...
No hay comentarios:
Publicar un comentario