lunes, 5 de octubre de 2015

Comencemos



Una despedida. Un niño feliz corretendo  totalmente libre, libre gracias a la ignorancia de su edad  y a la limpieza de su cerebro, provocando a sus mayores para jugar y jugar y reír y reír. Un improvisado banco de masajes con masajista de largas uñas y caras de placer.

Una despedida. Una avellana gigante, un perro bobo, botellas descabezadas, aroma de ancestros pegado a las paredes, a las vigas llenas de años, llenas de historia e historias.

Una despedida. Un nieto que mira y sonríe como su padre, padre ausente, ¿desde cuándo?.

Unas manos. Tus manos...una despedida.

Un viaje. Era un secreto, hoy conduzco yo, sé que estás encantado, pasamos por Salinas, claro!

Una despedida. Tu casita, tu pueblo, tu mar, tu mujer.

Comenzamos...






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