domingo, 27 de marzo de 2016

¿Semana de pasión?




Y nos fuimos a arreglar el mundo sin herramientas...

Estaban las mochilas preparadas, la ruta sin organizar pero era lo de menos, el muchacho alto y yo rotondearíamos un rato.
Una tremenda organización, miedo, sueño, salida conjunta abortada... ningún problema, nos queremos así y nos reímos.

Yo arranco, sin rumbo, como más me gusta. Melón, ¿has dicho Melón? Voy a revisar las obras de mi monasterio.

Eso  creo...

Dos llamadas encienden el motor de mi vocación... "idiota supina"
Hace muchos años llegue a casa diciendo que quería ser misionera. Al cole había llegado, contando sus andanzas, Simeón,  yo quería ser como él y salvar, ayudar... en casa se rieron y yo no insistí, mi sentido del ridículo tiene gran culpa.

Pero...
La casualidad (o no ) hacía que ya tuviese hecho un trocito de mi camino, de mi peregrinaje.

Arranqué, sintiéndome absurda, idiota, arruinada, culpable, este último es un sentimiento muy de la semana que celebramos, ¿celebramos?

Y  conduje, y fui feliz volviendo a hacer esa ruta y cuantos más kilómetros menos me importaba todo.

Mismo camino que hace un año, aquel con una pequeña variante para recoger a dos duendes igual de guapos y nerviosos. Llegamos y encontramos un cristo malamente resucitado, crucificado seguro, su particular cruz así nos lo mostró, como no quería. No lloramos ni le lavamos nada, estábamos entre el "mátame camión" y el ataque de risa. Éste último parecía ser capaz de arreglarlo todo.

Este  año fue distinto.

Cristo se había ido a limpiar el palomar.

Lo siento, duendes lindos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Obviamente

 La consigna era clara: Me voy a dejar la vida, obviamente no voy a aprobar. No recuerdo  quien comenzaba la conversación, recuerdo el día d...