Veamos.
MI receta de arroz con leche
Ingredientes:
-Arroz.
-Leche entera.
-Cáscara de limón fina, sin parte blanca (Muy importante).
-Canela en rama.
-Canela molida.
-Azúcar blanquilla.
-Una pizca de vainilla (opcional).
-Un huevo poco batido (opcional)
-Imprescindible, mucho amor.
Necesitarás además:
-El calor de un fuego al que acercar una cazuela que será de acero inoxidable o similar, nunca porcelana según indicaciones de mi entrañable, querida y experta en el caso que nos ocupa, tía César.
-Cucharón de palo.
-cuenco o cuencos para servir.
-Colador.
-buen libro.
-Marcapáginas.
-Magnífico extra son un día lluvioso y un buen y calentito pijama. Ya no digamos de saber que no lejos, pongamos en la salita, hay alguien con quien compartirlo bien calentito o para el próximo desayuno, cuando ya esté nuestro postre más fresquito.
Elaboración:
En la cazuela has de verter la leche que calentarás a fuego medio. Añadirás enseguida la canela en rama y la cáscara de limón y si se da el caso, atendiendo a tu deseo, la pizca de vainilla. A partir de este momento habrás de tener cerca ya el resto de ingredientes.
Llegados a este punto, unas buenas zapatillas también las agradecerás.
Cuando la leche empiece a ponerse un poco inquieta introduces la cuchara de palo para evitar derramamientos por despiste muy comunes en este punto. En el momento en que consigas el punto de ebullición, lo calmarás esparciendo el arroz sobre la leche, sobre la nata que empezará a querer formarse.
Llegamos a uno de los momentos más importantes bajo mi punto de vista.
Una vez el arroz y la leche se hayan unido es básico bajar el fuego y ponernos cómodos con el modo de sujetar el cucharón y el libro, por eso es importante el marcapáginas, es incómodo perder la lectura ...a partir de ahí, sólo disfrutar de ambos. Ojos y mente, aroma, suaves círculos...paz.
El cuerpo se relaja, el libro se hace más interesante, puedes formar parte de este siglo, de futuros o anteriores, la historia la vives tú y todo sabrá mejor.
Una media hora con cariño, sin prisa, disfrutando de girar la muñeca sintiendo la cuchara rozar la olla y observando que la mezcla no sea pastosa, momento en el que añadir lentamente leche si la mezcla lo demanda, hasta que se deje llevar sin esfuerzo en ese círculo suave. Hablamos de intuición?
Cuando ya nuestro sentido nos cuente que falta poquito, que ya no quiere más, apagaremos el fuego y añadiremos el azúcar, sin dejar ese círculo tranquilo y en caso de querer añadir el huevo, lo haremos ahora y con más delicadeza si cabe, el calor hará el resto.
Lo has probado? Esa cuchara tiene que saber como quieres que sepa tu arroz, si falta azúcar es el momento, si sobra...
Toca retirar las cáscaras y la canela en rama, si encuentras modo de no quemarte no me lo cuentes, en el fondo me gusta que pase.
Una vez en el cueco o cuencos, decoralo con canela en polvo que dejarás caer suavemente en un colador a pocos centimetros sobre el arroz para que parezca mucho más fina.
Las cantidade, como diría mi aita... aproximadamente.
Tampoco lo voy a poner tan fácil todo.
Por cierto, el amor va desde el principio, claro.
Te quiero Amatxita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario