sábado, 7 de marzo de 2015

El patio de mi casa...



Pues nada, que también hemos encontrado a la mujer que limpiaba la consulta de Don Ramón, menos mal que el hombre allí poco trabajaba, era más de salir pitando de casa en casa..., y  sin fonendo, parece ser.

Querida Ana, la que hemos montado desde Vigo gracias a un barco atracado en una rotonda, quién se lo iba a decir a él.

Recuerdo algo parecido un día que mi sobrina y yo nos pusimos a hablar del piso de la tía César, lugar en el que pasamos muchas horas de pequeñas. Ella tenía todo más fresco en su memoria y con la suya despertó la mía,  nos sumergimos en él tanto tiempo después tocándolo todo.

Y ahora...

Las dos Toñis, La Pepi, La Juli, Forlís, Lola la estanquera, su padre, que cuando mi hermano me mandaba a por papel de liar para las permanentes siempre me preguntaba si era para mi y yo no entendía por qué me lo preguntaba, Pepe, Andrés, Manuel, las monjas, La Jesu, La Pacucha, su hijo... el zapatero, que estaba allí abajo como escondido, lo que ahora sería una especie de vinoteca, el portero del rascacielos  de la pescaderia...

Y todo esto me trae apellidos, caras, nombres que tenía olvidados con detalles tontos que vienen a mi memoria. Ese amigo que se calló el día de su comunión y se empapó el que supongo sería el traje de marinerito, subir al faro y bajar ya anocheciendo contando historias de meigas gallegas, yo me hacía la chulita pero me meaba del miedo despúes, recuerdo que de camino a casa no levantaba la mirada del suelo por miedo a ver fantasmas en el interior de cualquier coche,  la marmita con Lourdes, las caminatas del domingo hasta el caserío y aquellos bocatas de tortilla con txistorra, la plaza de los gudaris... Adriana, mi amiga yugoslava y ese día que me reí de una señora en misa por tener el pelo azul y era su abuela,  la tiendecita de chuches que había  muy estrechita y sus tenderas, una bastante gorda y la otra muy delgada.

Un huracán de recuerdos han brotado como hierba fresca en esta cabezota y todos me hacen sonreír.

Analizas esto y creo que queda claro... la mía fue una infancia feliz.

Ahhhh y gracias mil a todos los que habéis ayudado a recordar.

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