No me canso de observar su semblante.
¿Qué es estar como una cabra? cada vez me acusan más de ello y francamente... me gusta.
Y me gusta mucho más desde estas vacaciones, desde que las he visto en su hábitat, desde que he subido y bajado caminos muy de cabras.
Señora cabra, las hembras de mi especie acostumbran a destrozarse los artilugios de caminar colocándose una especie de pezuñas muy altas en la parte trasera y muy estrechas en la delantera. Parece ser que a los machos eso les gusta mucho y yo, señora cabra... soy feliz trotando por sus caminos empedrados.
Me han gustado las cabras de los Picos de Europa, las he visto totalmente cuerdas, se acercaban a nosotros tolerando nuestra presencia sin aspavientos, supongo que intentando sobrellevar del mejor modo la invasión de dos patas multicolores que llegando esta época del años sufren sus tranquilas tierras. Nada pueden hacer, somos como la gripe... hay que pasarlo.
Nada más que añadir, sólo que hay algo en esta imagen que me engancha a pensar que hay una gran parte de mi que la envidia, señora cabra. Buenas noches.
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