¡¡Mañana es mi día, claro que si!! Me gusta mi cumpleaños, pero el tuyo más.
En el mío sólo nací, en el tuyo te conocí...
Cierto es que ya llevábamos unos meses de relación, te habías colado en mi interior y decidiste que era un buen lugar para, digamos germinar, era mi día de suerte.
Recuerdo esos meses como impacientes, todas las semanas quería que llegase la siguiente y así pasar de capítulo en el libro que devoraba sobre tu crecimiento. Quería conocerte, te empecé a escribir el mismo día que supe que venías, no te dejaré millones de euros, pero coñazos en letra para aburrirte a ti y a tus descendientes.
La última semana antes de nacer decidiste hacerme sufrir, me insinuabas durante todo el día que ya salías y a media tarde tu abuelo sabia que te habías arrepentido por mi cara de enfadada. Se debía estar bien allí, pero yo quería verte.
Por fin te vi, un martes casi a las doce de la noche y me enamoré del morritos.
Ahora tienes barba, pelos en el pecho, novia, me vas a robar el coche dentro de nada... y sigo enamorada del morritos.
Gracias por haberme escogido entre todas las madres del mundo, ya sabes... soy una suertuda!!
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