¿Cómo estás? Me pregunta mi gente. Hoy sólo puedo decir que bien. El mundo se tambalea, el mío, insignificante, se ordena...
Mejor rodeada que nunca, querida por mi misma dejando, al menos por ahora, atrás luchas internas agotadoras...me siento más alta desde hace un tiempo.
Hoy un poquito más.
Hoy un poquito más.
Vas a saltitos por esta vida y entre salto y salto a veces se te pierden personas. He recuperado a una.
Una especie de mosca cojonera a la que hacía años que no veía, fue su decisión.
Un tipo torpe, noble, con una sonrisa magnífica, un carácter endiablado y por fin un cálido abrazo.
Sólo hubo que esperar, la verdad es que muchos años pero los tiempos de cada uno son suyos y yo aquí estaba, esperando que alguna marea me lo devolviese.
Un tipo torpe, noble, con una sonrisa magnífica, un carácter endiablado y por fin un cálido abrazo.
Sólo hubo que esperar, la verdad es que muchos años pero los tiempos de cada uno son suyos y yo aquí estaba, esperando que alguna marea me lo devolviese.
He aprendido que las personas tenemos nuestros propios ritmos, los navarros unos, los pontevedreses otros, los de Bueu otros y los vascorros otros, cada uno el suyo y todos respetables. Sólo hay que esperar cuando la persona interesa y si no llega nunca, respetarlo también, sus motivos tendrá.
Te voy a mandar esto cuando termine de escribir. ¿Recuerdas cuánto te gustaba recibir esas cartas en el barco? Bueno, en el mar supongo que cualquier cosa era bienvenida, pero sabía que te reías con ellas. ¡La cuñada payasa!. Ya ves, sigo escribiendo.
Lo que no me gustaba era eso de la costera...
Cambio pero no corto.
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