Querida fresa.
¿sabes? Tengo un amigo que hoy ha estado a punto de volar y está triste por no haberlo hecho.
Mira tu que hoy estando en una terracita con mi Raulín querido por poco la que sale volando soy yo gracias al voraz apetito de una gaviota. Menos mal que el ave en cuestión apuntó bien y se llevó limpiamente la empanada de la mesa.
Grité,si fresita,grité! Y me morí de vergüenza...
Y ahora estoy aquí sentada a tu lado y me has dado la alegría del día al verte tan rojita, pero...
Te tengo que comer.
Es lo natural pero me siento culpable, te acaban de llamar "riquiña" para ahondar en mi culpabilidad y sólo se me ocurre sentarme a tu lado y escribir.
Si te dejo ahí y mañana los pajaritos dan contigo me sentiré mal e idiota. Estoy pensando en si dejarte crecer,pero no creo q lo hagas tan rojita ya.
Me estoy llenando de patatillas mientras hago tiempo e intento no cumplir con mi obligación de persona normal.
Y si sales volando? La fresa voladora...te dejaría marchar encantada, como a la empanada, como a mi hijo, como a todo lo que no me pertenece por más tiempo.
Vale, ya me la como.
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