martes, 1 de septiembre de 2020

Diez




Llevo todo el día preguntándome qué sabía sobre su madre ese niño de 13 años que tomó por ella la decisión que le cambiaría la vida.

Trece añitos, sólo trece y me regaló ese proyecto de carné de conducir. Me llevó a la autoescuela aquel cumpleaños. Supo lo que pasaría mucho antes que yo. 

Recuerdo llorarle por muchas cosas, ha tenido una infancia de madre llorona, si, pero por esa esa concretamente no. 

De pequeñajo le pedí que cuando tocase fecha de hacerme regalos no gastase dinero, le pedía una carta, un dibujo, una manualidad, hacer rosquillas juntos... Sigue con esa tradición y lo adoro por ello, pero aquel año la rompió.

Hoy he ido a renovar mi carné preferido. Diez años. Aprobé y con la L nos marchamos a Pamplona el culpable y yo. El sabio y yo, dejando por el camino basuras interespaciales y mezclando músicas que cantábamos penosamente, como manda la tradición.

Mamá  arrancó, mamá soltó miedos, soltó complejos y poco a poco empezó a creerse capaz de algo, sólo de algo, poquito pero más que el día anterior y eso era un tremendo avance. 

Muchas veces me pregunto cómo sería mi vida si él no hubiese dado ese paso, un niño de trece años, que sabía más de la vida que su propia madre. 

Yo no sabía que quería conducir, nunca había dinero para ello...una disculpa para el miedo que el me quitó con una sonrisa y un crédito que por cierto, no sé si ha devuelto.

Ya lo sé,  los que conducís desde los 18 esto lo vais a entender, tal vez nadie lo entienda, sólo el y yo

Este finde tengo que celebrarlo rotondeando. Diez años, sin duda más de 200 mil kilómetros de felicidad, de libertad, de cánticos horribles.

Por cierto que ya he cogido cita para para el próximo psicotécnico, que diez años pasan volando.

Gracias enano.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Obviamente

 La consigna era clara: Me voy a dejar la vida, obviamente no voy a aprobar. No recuerdo  quien comenzaba la conversación, recuerdo el día d...