jueves, 14 de enero de 2021

La Peque

Es incluso más pequeñaja que yo, pero lo niega.
Ayer la vi y quise abrazarla, necesitábamos ese abrazo y no se lo di.
Noté su vacío, noté el mío, odié al virus y nos recompusimos, que a chulas pocos nos ganan.
Ayer la observaba y me parecía una jefa india. Cara de niña, alma bregada, espíritu en paz. 
Las horas sin dormir, las docenas de sábanas mudadas a cualquier hora de la noche, tener que salir de la playa cuando mejor se estaba, perder novios por no entender, bien perdidos sin duda, pedir "ayuda" para poder hacer una escapada, mal dormir a su lado porque es mejor así y sobre todo el cariño con el que lo contaba, el cariño con el que lo hacía. Desde que la conozco, el parte nocturno era sin quejas, con cara de cansancio pero siempre primaba el cariño hacia el abuelo y un humor que sin duda nacía de algo que él había plantado previamente. 
A veces se me olvidaba lo duro que debía estar siendo porque lo contaba casi del mismo modo que me contaba esas cosas extrañas que hace en el gimnasio, con entusiasmo y quitándole hierro.
Ésta última semana ha sido tremenda para ella y a la vez absolutamente gratificante aunque aún no lo sienta. No se ha podido hacer mejor y con esa tranquilidad la vi ayer. 
Quiero seguir riendo con las cosas del abuelo, porque te seguirán sonriendo los ojitos. 
Ayer me marché a casa tranquila, sabía que la guerrera va a seguir peleando con otra página bien cubierta. 
Le dejo a tu chico los achuches, yo ya me llevé una de tus pataditas, lo que me confirmó que estás bien. 
Ahhh! El batido de proteínas antes o después del bocata de pollo??

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