viernes, 4 de junio de 2021

vueltas

Quedamos? No, tengo que ir a poner la lavadora.
Ha sido durante estos últimos años mi disculpa universal. Ahora estoy desorientada, al borde del precipicio, perdida...
Salir del trabajo con mi bolsón de toallas, llegar a casa e incluso antes de hacer un pis, poner a dar vueltas a mi socia. Ayer salí del trabajo angustiada, segundo día sin objetivo de vida y claro, ya nadie me pregunta si quedamos.

Llegas a casa sin esa ilusión, antes tras dejarla funcionando te ibas a caminar un rato, hacías la comida del día siguiente, cenabas, en estas fechas incluso bajabas al chiringuito a ver el sol caer, todo órbitaba a a su alrededor, para darle tiempo cualquier esfuerzo bastaba, pero tenías un motivo de vida, llegar y tender tus toallas antes de dormir. Ahora deberás programarla, sin prisa, puedes incluso ducharte antes, hasta cenar te puedes permitir. Antes de ir a dormir es suficiente. Bajas, la llenas con esas toallas que ya se han quedado frías y con la forma de la bolsa, pobres. Tú ya no tienes la cabeza para restas, pero toca hacer números, fracaso...
Eso del "aproximadamente" de mi padre, aquí no va bien. Piensa Natalia, cuántas horas pones? Si te pasas la vas a tener que dejar todo el día sin tender, eso sería terrible. Ayer me despertó un ruido extraño que me costó identificar.  Era la redondita, se había puesto a dar vueltas como una loca a las seis de la madrugada y claro, está prácticamente debajo de mi cama, es lo que tiene tener casas pequeñas y viejitas.

Madrugar más igual me vuelve a poner a escribir. Será por culpa de los que mandan, a mi no me digáis nada.

Por cierto, hora puedo quedar para desayunar, que soy muy maja y estoy en crisis existencial.

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